DE LA HISTORIA Y OTROS DEMONIOS

miércoles, 24 de febrero de 2010

La Cadena de Oro de Huascar


Esta es una de las historias más fabulosas del Perú incaico. Pocos dudan de su existencia, ni siquiera los arqueólogos.


Cuentan las cronicas que el Inca Huayna Cápac mandó fabricar una waskja (que significa cadena, de donde deriva el nombre de Huáscar), esta cadena tenía unos 200 metros de largo y era del grosor del antebrazo. En la fiesta en la que debía coronarse al nuevo inca, Huayna Capac obsequió la cadena de oro a su primogénito. La cadena, sostenida en brazos de los nobles, abarcó todo el perímetro de la Plaza Aukcaypata.
Huáscar ordenó llevar la cadena al palacio de Amaru Cancha, en cuzco, y colocarla en la sala sagrada de los Amarus o serpientes.

Tras iniciarse la guerra entre Huáscar y Atahualpa, que finalizó con la derrota del primero, las huestes de Atahualpa profanaron la ciudad sagrada, los templos y demás edificios; hallaron la cadena y la condujeron a Quito. En esos menesteres se hallaban cuando se produjo la captura de Atahualpa en Cajamarca; los súbditos del Inca apresado, se hallaban conduciendo la cadena en las cercanías de Huaro, en la provincia de Quispicanchi, Cusco.

Cuando se supo de la invasión española y de la codicia de éstos, se decidió arrojar la cadena en la laguna de Urcos. Desde entonces, y principalmente durante la colonia y entrado el siglo XIX, se han contado por decenas las empresas particulares que han tratado de desaguar la laguna, sin éxito, buscando la mítica cadena aúrea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario